
La era comunicacional de los signos y las señales marcó el inicio de la convivencia entre los primeros homínidos (con motivos de supervivencia), pero fue además el inicio de una característica evolutiva bastante rara en el mundo, la capacidad de producir sonidos complejos con los que podemos armar palabras, las cuales representan el elemento más pequeño del lenguaje capaz de poseer un sentido, las palabras pueden combinarse en un determinado orden para así construir oraciones con las cuales podemos describir eventos e ideas, este enorme cambio en nuestra forma de comunicación nos permitió progresar enormemente: Empezamos a nombrar cosas, desarrollamos aún más nuestro pensamiento abstracto, empezamos a compartir varias de nuestras ideas de una forma más fácil, surgieron los mitos, las leyendas, las tradiciones y la historia, nos convertimos en una especie muy social y la convivencia se convirtió en algo vital. Más tarde, con el descubrimiento de la agricultura, nuestra vida se volvió sedentaria; esto provocó la creación de varias lenguas diferentes, las cuales se adaptaban a las necesidades de cada pueblo.
El habla puede considerarse una de las formas de comunicación más importantes de nuestra época, pues gracias a nuestra habilidad natural para formar oraciones, es posible transmitir casi cualquier idea fácilmente.
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