jueves, 8 de septiembre de 2016

Era de las telecomunicaciones: Revolución

La creación del telégrafo en el siglo XIX supuso una enorme ventaja para el intercambio de ideas, pues en lugar de esperar meses a que el correo llegara, ahora se podía enviar un mensaje con la certidumbre de que llegaría a su destino en tan solo unas horas, esto permitió la llegada más rápida de noticias desde los lugares más remotos en el planeta y el acceso a conocimientos nuevos de una forma mucho más sencilla.
La radio fue sin duda uno de los inventos más sorprendentes de inicios del siglo XX, pues permitía a los oyentes disfrutar por primera vez de programación en vivo, lo cual dio lugar a decenas de formas de expresión artística, pues el fonógrafo estaba limitado por su calidad inferior y su costo relativamente alto. La radio ofrecía una gran variedad de entretenimiento: Música, lecturas, noticias, novelas y comedia.
La era de la televisión cambió para siempre a nuestra sociedad, marcándola para siempre gracias a una característica única en su época: Nos permitió conocer el mundo sin tener que viajar, tal y como las plantas durante la edad de piedra, la televisión nos volvió (mucho más) sedentarios, ya no era necesario comprar boletos de avión para conocer Machu Picchu, tan solo debías encender el televisor y éste te transportaría automáticamente. Más tarde, gracias a la invención de la televisión a color y los primeros efectos especiales, logramos ser transportados a mundos fantásticos que nunca podríamos haber imaginado, surgieron grandes artistas como Walt Disney, quienes trajeron a la vida a cuentos clásicos como la sirenita y Cenicienta.
También se aprovechó el poder de las telecomunicaciones para distribuir propaganda, la cual lentamente "infectaba" la mente de los receptores, llenando sus cabezas de mensajes patriotas (y en muchas ocasiones, xenofóbicos). Un ejemplo de esto puede observarse en la propaganda militar estadounidense durante la 2da guerra mundial, la cuál se podía encontrar en cómics, programas para niños, radionovelas y panfletos; en estas propagandas se mostraba a los nazis como seres inhumanos, casi diabólicos que planeaban destruir el planeta, a los japoneses se los mostraba con enormes dientes, ojos rasgados y lentes de fondo de botella, pero a los soldados de las fuerzas aliadas los mostraban como grandes y poderosos héroes, dispuestos a morir por la libertad.
Pero todo esto no era nada comparado con un invento revolucionario que en los 90s cambiaría a la humanidad de una forma violenta.
También se aprovechó

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